Hablar del BMW 2002 Turbo es hablar de un antes y un después en la historia del automóvil europeo. Su lanzamiento en 1973 marcó un hito en la industria: fue el primer coche turboalimentado de producción fabricado en Europa, un adelanto que definió la identidad deportiva de BMW para las décadas siguientes.
Aunque su producción fue limitada, su impacto fue enorme. El BMW 2002 Turbo no solo era rápido para su época; era radical, atrevido y representaba una nueva forma de entender la deportividad en un coche compacto.
A lo largo de este artículo analizaremos en profundidad su motor, su diseño, su comportamiento, su equipamiento, la experiencia de conducción y el mercado actual de este modelo mítico. También revisaremos cuánto costaba comprarlo cuando salió y cuánto vale hoy en día, donde se ha convertido en una pieza muy codiciada por coleccionistas.
El contexto histórico: un coche adelantado a su tiempo
En los años 60, BMW estaba lejos de ser la marca premium deportiva que conocemos. La empresa buscaba un modelo que la consolidara en el mercado y el BMW 02 fue clave para esa transformación.
En 1968 apareció el BMW 2002, un compacto sencillo, ligero y con un motor de 2 litros que ofrecía un comportamiento excelente. Era un coche joven, divertido y accesible, y con el paso de los años se convirtió en el pilar del futuro ADN deportivo de la marca.

Pero BMW quería más. Buscaba demostrar al mundo que podía fabricar coches potentes, innovadores y capaces de plantar cara a modelos italianos mucho más caros. El resultado fue arriesgado, casi experimental, pero absolutamente revolucionario: el BMW 2002 Turbo.
Presentado en el Salón de Frankfurt de 1973, destacó inmediatamente por su estética agresiva y sus prestaciones radicales para un coche compacto. Sin embargo, su vida comercial fue breve debido a la crisis del petróleo de ese mismo año, lo que redujo su demanda y acortó su producción.
Pese a ello, el 2002 Turbo dejó una huella imborrable, convirtiéndose con el tiempo en uno de los BMW más valorados de su historia.
Motor: potencia turboalimentada en un chasis ligero
El corazón del BMW 2002 Turbo es uno de los motores más icónicos jamás montados en un coche compacto europeo. Utiliza el conocido bloque M10, un motor robusto y probado que BMW empleó durante décadas en distintas versiones. En el caso del 2002 Turbo, este motor fue profundamente modificado para soportar las altas exigencias de la sobrealimentación.
Especificaciones del motor
| Apartado | Especificación |
|---|---|
| Código del Motor | M10B20 Turbo |
| Configuración | 4 cilindros en línea |
| Posición | Delantero longitudinal |
| Cilindrada | 1.990 cc |
| Árboles de Levas | SOHC (un árbol de levas en cabeza) |
| Válvulas | 8 válvulas (2 por cilindro) |
| Alimentación | Inyección mecánica Kugelfischer + turbo KKK |
| Potencia (Versión de Calle) | 170 CV a 5.800 rpm |
| Par Máximo | 240 Nm a 4.000 rpm |
| Transmisión | Manual de 4 velocidades |
| Rendimiento | Velocidad máxima aprox. 210 km/h |
| Aceleración (0–100 km/h) | Aproximadamente 7,0 segundos |
Estas cifras son impresionantes incluso hoy, pero hace cincuenta años eran casi inalcanzables para un coche tan pequeño. El 2002 Turbo ofrecía una relación peso-potencia extremadamente favorable, combinando poco más de una tonelada de peso con una potencia sobresaliente para su tiempo.
Sensación de conducción y carácter del turbo
Quienes han probado un BMW 2002 Turbo coinciden en que no se conduce como un coche moderno. Su turbo lag era enorme y característico. Durante los primeros segundos al pisar el acelerador, el coche parecía contenerse. Pero cuando el turbo entraba en acción, lo hacía con violencia, empujando al conductor hacia atrás con una respuesta muy brusca y directa.
Era un coche que exigía manos expertas. La potencia llegaba de golpe, la tracción trasera pedía respeto y el chasis, aunque excelente, no podía compararse con las ayudas electrónicas actuales. Precisamente esa experiencia pura, mecánica y visceral es lo que hace al 2002 Turbo tan admirado entre entusiastas.
Diseño y carrocería
El BMW 2002 Turbo no era discreto. Su estética desafiaba a todo lo que se ofrecía en su segmento y anunciaba claramente que no se trataba de un simple compacto familiar.
Elementos destacados de su diseño
- Alerón delantero prominente, diseñado para reducir la sustentación a alta velocidad.
- Anchura de vías aumentada, lo que hacía necesario añadir aletas más anchas y molduras específicas.
- Llantas deportivas, generalmente de 13 pulgadas con diseño Alpina o Mahle según la configuración.
- Colores icónicos: blanco con franjas M en azul y rojo, o plateado con decoración similar.
- Inscripción Turbo invertida en el frontal (en las primeras unidades), pensada para que se leyera correctamente en los retrovisores.
Este último detalle fue polémico para la época, ya que se interpretó como un mensaje provocador hacia otros conductores. Aunque BMW terminó retirándolo, se convirtió en uno de los rasgos más recordados del modelo.

Aerodinámica y proporciones
La carrocería del 2002 Turbo mantenía el diseño clásico de la Serie 02, pero con un carácter mucho más deportivo. Su capó largo, su corto voladizo trasero y su silueta vertical lo convertían en un coche compacto pero muy expresivo.
El paquete aerodinámico, aunque sencillo comparado con los estándares actuales, mejoraba significativamente la estabilidad en autopista y daba al coche una presencia mucho más musculosa.
Equipamiento y extras
El BMW 2002 Turbo no era un coche lujoso. Su enfoque era puramente deportivo, y todo estaba pensado para reducir peso y mejorar las sensaciones al volante.
Sin embargo, sí incorporaba algunos extras muy valorados:
- Volante deportivo de tres radios firmado por Momo.
- Asientos más envolventes, con mejor sujeción lateral.
- Cuadro con manómetro de presión del turbo, una novedad para la época.
- Línea de escape específica, más ancha y con sonido deportivo.
- Suspensión reforzada, con muelles y amortiguadores firmes.
- Frenos mejorados, de mayor diámetro.
La mayoría de unidades no incorporaban aire acondicionado ni elementos de confort avanzados. Era un coche diseñado para transmitir sensaciones, no para ofrecer lujo.
Comportamiento dinámico: ligero, directo y desafiante
El chasis del BMW 2002 ya era excelente en su versión estándar, pero con el Turbo el comportamiento se volvió mucho más radical.
La combinación de motor explosivo, tracción trasera y carrocería ligera hacía que el coche fuera extremadamente ágil, pero también exigente.
En carretera de curvas, el coche brillaba:
- Dirección directa
- Respuesta firme de la suspensión
- Buena posición de conducción
- Capacidad para enlazar curvas con rapidez
Pero también era fácil cometer errores. La potencia entraba de golpe y podía descolocar la zaga de forma repentina, sobre todo en superficies mojadas.
Precisamente este carácter salvaje y mecánico es lo que lo convierte hoy en un coche tan especial.
¿Cuánto costaba antes y cuánto vale hoy?
Precio en su época (1973)
Cuando salió al mercado, el BMW 2002 Turbo tenía un precio aproximado de:
Entre 16.000 y 18.000 marcos alemanes (DM)
Esto equivalía a un coche relativamente caro para su tamaño, similar al precio de vehículos deportivos de mayor cilindrada.
Convertido a euros actuales (ajustado por inflación), sería equivalente a unos 30.000 – 35.000 euros modernos, aunque esta cifra solo sirve como referencia.
Precio actual en el mercado de segunda mano
Hoy, debido a su rareza y estatus mítico, el BMW 2002 Turbo es una pieza de colección muy codiciada.

Los precios aproximados hoy en día son:
- Unidades en estado regular: 100.000 – 130.000 €
- Unidades restauradas o en excelente estado: 150.000 – 200.000 €
- Ejemplares completamente originales, poco kilometraje: más de 220.000 €
Es uno de los clásicos más valorados de BMW y probablemente seguirá revalorizándose con el tiempo.
Conclusión: un clásico irrepetible
El BMW 2002 Turbo no fue un superventas, pero sí fue un coche valiente, innovador y adelantado a su tiempo. Sus prestaciones, su diseño agresivo y su carácter difícil de domar lo convirtieron en una máquina única en su categoría.
Este modelo marcó el inicio de una filosofía que BMW continuaría con éxito a lo largo de los años: coches compactos, potentes y con un comportamiento deportivo puro. Su influencia se puede ver en modelos posteriores como los M3, los Serie 1 M Coupé o incluso algunos M moderneos.
Hoy es un clásico de culto, buscado por coleccionistas, admirado por entusiastas y recordado como uno de los BMW más especiales jamás fabricados.

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